Contra el capitalisno de casino

Estamos en una situación de emergencia y hace falta tomar medidas de urgencia porque las condiciones de vida de millones de personas se están deteriorando a gran velocidad”, esta es la clara advertencia que la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO) ha dado sobre al alza de precio de los alimentos a nivel global.

Los expertos coinciden en los motivos que explican el alza: el precio del petróleo, el uso de alimentos para biocombustibles, la sequía prolongada en países productores clave (como Australia) y el crecimiento del consumo en países emergentes con mucha población como China e India. Pero la principal causa del encarecimiento es la especulación sobre los alimentos y las materias primas, que se han convertido en un valor de alta rentabilidad por los especuladores. La ONU avisa que el alza creará 100 millones de pobres más y riesgo de conflictos en países subdesarrollados.

El Grupo Socialista al Parlamento Europeo señaló los especuladores financieros como uno de los actores generadores de la crisis alimentaría mundial de la cual se aprovechan por incrementar sus márgenes de beneficios. Pidió a la Comisión Europea y al Consejo una acción urgente y subrayó la preocupación por el papel de los fondos de alto riesgo –conocidos como uno de los otras motores de esta especulación financiera.

El relator de la ONU para el Derecho a la alimentación, Jean Ziegler, ha hecho un llamamiento urgente a los países donantes del programa mundial de alimentos para que incrementen la aportación por evitar una crisis humanitaria mundial. Ziegler también ha apuntado que la especulación financiera es responsable del 30% de la explosión de los precios.

“Es vergonzoso –ha dicho- que ahora se esté especulando con los aumentos del precio de los alimentos. El capitalismo de "casino" ha ocupado un lugar en la mesa de los pobres. Esto es la inmoralidad llevada al extremo. Esta es la razón por la cual se necesitan controles internacionales para los mercados financieros, y es la receta que los socialistas europeos han llevado al Parlamento Europeo en el último pleno.