viernes, 28 de marzo de 2008

Invasión de Irak

Hemos de recordar cómo intentaban justificar lo injustificable. Primero utilizaron los argumentos de que había armas de destrucción masiva y bases terroristas , luego que bajaría el petróleo y habría más seguridad….En el quinto aniversario de la invasión de Irak, lo más grave y patético ha sido escuchar al peor presidente de los EEUU (para su país y para el mundo entero), decir que “la guerra de Irak ha sido una victoria estratégica que compensa el alto coste de vidas y coste económico que está produciendo” y afirmar que la actuación de las tropas americanas ha mejorado la situación del país irakí. "Mi administración entendió que EEUU no podía retroceder ante el terrorismo. Sabíamos que si no actuábamos, la violencia que consumía a Irak habría empeorado, se habría propagado y, en última instancia, habría llegado al nivel de genocidio” ha dicho, el presidente americano.Pero en miseria le ha ganado su acólito Josemari Aznar. El monaguillo de las Azores, que junto a su amigo Toni Bleeer, causó una división en la Unión Europea con su apoyo a la intervención militar sin la autorización de Naciones Unidas, ha ido más allá que el propio George Bush afirmando que “la situación en Irak no llega a idílica pero es muy buena”. Aznar y sus colaboradores de la FAES o del GEES se han lanzado en este quinto aniversario de la guerra de Irak a cantar sus excelencias diciendo sin rubor que no hay nada de que avergonzarse ni de arrepentirse. “La decisión fue la adecuada, los ciudadanos pueden “participar en elecciones” y hay una mayor “libertad”, ha añadido Aznar para confirmar que hoy “actuaría de la misma forma”. “Es un momento personalmente difícil para mí, pero mi convicción, mi conciencia, mi mente, es clara. Tomamos la decisión adecuada”, concluyó el presidente de honor del Partido Popular.

Pero las cifras cantan y las hemos podido ver en todos los periódicos estos días al igual que hemos podido repasar las sangrientas imágenes en todos los reportajes que las televisiones han realizado sobre esta guerra ilegal, injusta e innecesaria por mucho que la maquillen los neocons del otro lado del charco y los próximos a la derecha extrema española.
Han sido cinco años de horrores y errores. Detrás de la foto de las Azores hay cientos de miles de muertos, un país descoyuntado con una guerra civil latente, atentados a diario, millones de desplazados, el setenta por ciento de la población sin agua potable… El balance no puede ser más desolador.El mundo no es más seguro, el terrorismo internacional de raíz islamista, no está más débil y Oriente Próximo sigue siendo un avispero. Como efecto rebote, ha provocado un repunte imparable del precio del barril de petróleo, que se ha multiplicado casi por cuatro en este periodo.
Cinco años después cuando se han ido cayendo las vendas de muchos ojos confiados, cuando la evidencia ha confirmado lo que casi todo el mundo sospechaba, sólo el cinismo de los principales protagonistas de la vergüenza de la guerra de Irak, es capaz de mantener un discurso político que no sea el reconocimiento del error histórico de la “guerra preventiva”, del fracaso militar y político de la intervención y de las nefastas y duraderas consecuencias sobre la inestabilidad política de Oriente Medio.Si al menos Aznar no fuera tan chulo y tan prepotente y hubiera habido una actitud menos soberbia, alguna disculpa, una pizca de remordimiento, una excusa una petición de perdón o algún reconocimiento de error, habría alguna esperanza. Pero me temo que en la guerra de Irak como en el 11 de marzo no habrá rectificación.

viernes, 21 de marzo de 2008

Eutanasia: un derecho que no debe esperar

Os transcribo un artículo de análisis de Gustavo Vidal Manzanares, jurista y escritor, en relación a la manifestación del profesor de filosofía de la Universidad estatal de Nueva YorK Paul Kurtz, que considero de interés divulgar ya que en estos momentos, aún es una asignatura pendiente en nuesta legislación y más después de ver la lamentable situación de los enfermos terminales del Hospital Severo Ochoa de Madrid y el injusto tratamiento dado al Doctor Montes y su equipo por la Comunidad Autonoma de Madrid: “La eutanasia descansa sobre un principio básico para la democracia: el derecho a la privacidad. Este derecho hunde su raíz en la idea de libertad individual. El cuerpo de una persona, al igual que sus creencias, valores y conducta son zonas donde la sociedad no debe entrometerse sin una buena razón… los individuos agonizantes deberían tener el derecho de negarse al tratamiento y recibir ayuda para aliviar el sufrimiento y adelantar la muerte”.Cualquier persona con unas gotas de solidaridad y, si se me permite la expresión, “amor al prójimo” debería coincidir con el eminente catedrático neoyorquino. Sin embargo, subsiste en España un enrevesado artículo del Código Penal que aboca a que las personas con padecimientos absolutamente insufribles, agoten sus días retorciéndose entre suplicios. Así el artículo 143,4º determina: “El que causare o cooperare activamente con actos necesarios y directos a la muerte de otro, por la petición expresa, seria e inequívoca de éste, en el caso de que la víctima sufriera una enfermedad grave que conduciría necesariamente a su muerte o que produjera graves padecimientos permanentes y difíciles de soportar será castigado con la pena de…” Equiparación con el asesinato Más lamentable resulta que aún perduren sistemas religiosos que, arteramente, pretenden equiparar con un vulgar asesinato el acto humanitario de finiquitar un sufrimiento insoportable. Curiosamente, no conozco ninguno de estos autodenominados “defensores del sagrado derecho a la vida” que reproche el asesinato a sangre fría de casi doscientos mil españoles, entre 1939 y 1944, ejecutado por una dictadura amparada, protegida y justificada por la iglesia de Roma. Expresión cristalina de solidaridad Frente a esta dañina mentalidad, la eutanasia termina con un dolor y un sufrimiento inaguantable que se prolongaría hasta la muerte. Es por tanto este derecho una expresión cristalina de solidaridad, respeto y limpia humanidad. Delito de lesiones Íntimamente ligado a lo anterior se encuentra el tema de las sedaciones a pacientes terminales. El eminente catedrático de Dº Penal. D. Enrique Gimbernat, considera que si bien esta práctica es legal, su no aplicación podría, sin embargo, constituir un delito de lesiones. Apuntemos que el Código Penal castiga con prisión de hasta tres años en su artículo 147 a “El que, por cualquier medio o procedimiento causare a otro una lesión que menoscabe su integridad corporal o su salud física o mental…”. De manera que el médico que permita que un paciente fallezca retorcido de dolor podría cometer un delito de lesiones. Incluso si la sedación acortase la vida. Encarar la eutanasia El próximo gobierno, por tanto, deberá encarar la eutanasia. Un gabinete progresista no puede cruzarse de brazos ante el dolor insoportable de miles de seres humanos. Surgirán voces en contra. Sin duda. Respetemos su derecho a expresarse y manifestarse. Pero no permitamos que el progreso, la solidaridad y el auténtico respecto a la dignidad de la vida sucumban ante soflamas de hueca moralina y costrosas sotanas.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Derecho al aborto

El aborto es un derecho de todas las mujeres, dentro y fuera de nuestras fronteras, en el mundo se realizan 42 millones de abortos, 20 millones en condiciones de riesgo, de los cuales, el 97 % en paises en desarrollo. Las complicaciones derivadas en las mujesres que abortan en condiciones de riesgo causan la muerte a unas 80.000 mujeres al año, mientras que otras cientos de miles sufren lesiones temporales o permanentes. Además, un tercio de las mujeres hospitalizadas por complicaciones derivadas de un aborto son jóvenes menores de 20 años. Ello demuestra que hay una clara relación entre pobreza y aborto inseguro, pero también entre legislación restrictiva y aborto; porque la realidad se ha encargado de demostrar que ningún límite legal puede impedir que una mujer que se ve abocada al aborto lo lleve a cabo. Por esto, es importante recordar a los promotores de las campañas antielección que la vida de cualquier mujer està por encima de cualquier lucha política e ideológica.